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sábado, 23 de abril de 2011

El Telescopio y la Luna

Las mejores imágenes del disco lunar que pueden estudiarse en los libros de los siglos XIX y XX son siempre montajes. Los astrónomos (y su público) preferían yuxtaponer dos imágenes, una de media luna en creciente y otra en menguante, para enfatizar los relieves de la superficie.
Este "truco" supone dos sesiones fotográficas (con buenas condiciones de observación) separadas exactamente 14 días. Creo que los aficionados de la Ciudad de México no hemos tenido ese lujo desde hace 50 años (cof cof!!).
Sin embargo, a mediados de febrero una Luna casi llena apareció frente a mi ventana, en una atmósfera comparativamente limpia (para el DF) a cómodos 50 grados de Azimut. Sin dudarlo, coloqué el Questar en el tripié y le pequé una Nikon D90.
El Questar es un hermoso telescopio catadióptrico con espejo de Pyrex de 3 y media pulgadas. Montado como estaba, tenía un sistema muy luminoso (f/16) probablemente de unos 1600 mm de longitud focal. Es interesante notar que, según los expertos, el Questar puede lograr mejores fotos de la superficie lunar que instrumentos mucho mayores (v.g. Monte Palomar); la potencia no es necesariamente el factor determinante en la calidad final de una imagen.
Tuve que determinar manualmente la exposición pero esto no es ningún problema, gracias a la "regla del fotógrafo", que detallo a continuación, y a la comodidad de ver de inmediato las tomas de prueba en el monitor de la cámara.

LA REGLA DEL FOTÓGRAFO: Desde la época de las cámaras con telémetro (range-finders) los fotógrafos saben que con un diafragma f/16, un sujeto iluminado a plena luz solar queda bien expuesto con una velocidad de obturador del recíproco de la sensibilidad ISO en segundos, la mitad de esa velocidad para sujetos sombreados y la cuarta parte para situaciones de sombras profundas.

HORQUILLA LA EXPOSICIÓN: La otra regla clave para conseguir buenos resultados con lentes manuales (y muchas otras situaciones) consiste en tomar varias exposiciones con valores por encima y por debajo del "óptimo". Hay muchas razones para seguir esta práctica, pero hoy en día una de ellas es que NO CUESTA nada este seguro.

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